04 Abr Gastón, un bulldog muy elegante
Gastón, el protagonista de esta historia es un cachorro de perro que vive felizmente con sus hermanos: Fi-fi, Fu-fu, Oh-la-la y su orgullosa madre, la señora Marilyn. Hasta aquí nada nuevo, ¿verdad? Pero, si volvemos a mirar atentamente los elegantes dibujos de Christian Robinson nos daremos cuenta que los hermanos de Gastón son unos adorables cachorros de caniche, mientras que él es un desmañado bulldog. Que no cunda el pánico, no hay ningún problema. ¡Al contrario! Gastón y sus hermanos son educados amorosamente por la señora Marilyn sin distinciones de ningún tipo. De acuerdo, quizás a Gastón le cuesta un poco más beber a pequeños sorbos, y no siempre puede controlar que no le caiga la baba. Es cierto también que Gastón tiene más tendencia a correr que a hacer pasitos pequeños con elegancia…pero esto no supone ningún inconveniente. Gastón es feliz, no pierde nunca la sonrisa, se siente a gusto con sus hermanos y la señora Marilyn quiere a todos sus cachorros por igual.
L’aparición de Antoninette
Hasta que un día de primavera, paseando por el parque encuentran otra madre y sus cachorros: Rocky, Ricky, Bruno y…Antoinette. Fijaos de nuevo en el dibujo de esta familia. ¿Lo veis? Efectivamente, ¡no os habéis equivocado! Antoinette es un simpático cachorro de caniche mientras que sus hermanos ¡son robustos cachorros de bulldog! Desconcertadas, las dos madres acuerdan que lo correcto es que los cachorros cambiados vivan con los miembros de su propia raza. Y así lo hacen: Gastón y Antoinette cambian de familia. Pero muy pronto, las dos madres se dan cuenta que han cometido un gran error y descubren que a veces lo que es correcto no es para nada aquello que nos hace sentir bien.
Sentido de pertenencia
Es un argumento controvertido el que propone este aparentemente inocente cuento de Dipucchio. Una historia que habla del sentido de pertenencia basado en la importancia de la educación y la convivencia, y no centrándose únicamente en motivos de raza. Un tema muy interesante que puede generar debate entre los adultos, con cierta tendencia a las etiquetas y a hacer lo que es supuestamente correcto. Mientras que los niños, afortunadamente poseedores de un punto de vista más amplio, entenderán sin muchas complicaciones que se narra una historia de amor en mayúsculas, de tolerancia, de respeto, de realización personal y de pertenencia a un grupo sin distinción de raza. Se trata de un álbum muy rico y no sólo por las diversas lecturas que se derivan del argumento, sino también porque está escrito con un lenguaje simple, redactado con frases con ritmo que invitan a la lectura en voz alta. Un texto lleno de guiños que busca la complicidad con el lector al establecer un diálogo mediante interpelaciones directas que aportan dinamismo y ligereza.
Las ilustraciones
Las ilustraciones de Robinson son magníficas con pinceladas visibles y una gama de colores vivos que destilan optimismo y felicidad. Justamente lo que sienten las familias dibujadas en el cuento. Destacan los trazos simples y la expresividad de los personajes, y todo ello revestido con un aire “retro” que aporta elegancia y estilo al conjunto. En resumen se trata de un álbum valiente que hay que leer en compañía, que sin duda generará debates muy interesantes, y sobre todo provocará muchas sonrisas.