En los últimos años parece estar tomándose más conciencia sobre la importancia de adquirir unos hábitos saludables. La práctica regular de ejercicio físico, mantener un sueño saludable y la evitación de hábitos tóxicos son junto a una alimentación adecuada, los cuatro pilares de nuestra salud. Pilares que comienzan a construirse ya desde la infancia, una etapa que será clave para la salud futura, no sólo por el carácter preventivo de los mismos, sino también por la adquisición en este momento evolutivo de las costumbres y hábitos del mañana.
Lo que comemos
Nos detenemos en la alimentación. Si pensamos en los hábitos de niños y adolescentes con respecto a la comida, será fácil concluir que nuestro papel como padres requiere de una profunda reflexión sobre lo que hacemos sus adultos de referencia. Y esta cuestión tiene su miga porque, aunque nos cueste reconocerlo, somos nosotros quienes a menudo comemos peor de lo que pensamos y los que peores hábitos tenemos. También somos nosotros, los adultos, quienes exigimos a nuestros hijos que su alimentación sea más saludable de lo que lo es la nuestra.
El ejemplo es importante. Lo es en la educación de los hijos en general, y en la construcción de su comportamiento alimentario en particular, porque es en el contexto familiar en el que se construye dicho comportamiento. Es lo que se denomina aprendizaje vicario o aprendizaje por imitación, que no es otra cosa que la adquisición de una determinada conducta por medio de la observación. Una revisión sistemática de más de 6.000 estudios llevada a cabo en 2017 por investigadores de la Universidad tecnológica de Nanyang, The influence of parental practices on child promotive and preventive food consumption behaviors, concluía, entre otros aspectos, que las conductas de los padres guardan una estrecha relación con la conducta de consumo de alimentos de sus hijos; tanto de alimentos saludables como de productos insanos.
La disponibilidad de alimentos en el hogar es otra de las cuestiones que son clave en la alimentación, y que el mencionado equipo investigador también señala en su análisis. Lo contaba el dietista- nutricionista Julio Basulto en un artículo publicado en mayo de 2018 en la sección Materia de El País: “No lo compres, que te lo comes”. En el texto explicaba que “la mejor forma de combatir nuestro impulso de ingerir alimentos malsanos es no tenerlos a mano”. Lo mismo ocurre, claro, si lo trasladamos a la alimentación de nuestros hijos: dado que es nuestra responsabilidad escoger los alimentos que hay en casa, no tengamos en nuestras despensas y en nuestras neveras lo que no queramos que coman.
Ideas para mejorar nuestros hábitos alimentarios
Muchas veces ocurre que no es que no queramos mejorar nuestra alimentación –y por ende, la del resto de la familia–, sino que, en realidad, no tenemos ni idea de por dónde empezar. Para arrojar algo de luz, o al menos servir de inspiración, recopilamos algunas ideas para mejorar hábitos alimentarios.
Planifica. Sí, es cierto, vivimos en un mundo rápido en el que es complicado planificar más allá de la supervivencia. ¿De dónde sacamos el tiempo para hacerlo? A veces basta con situar la alimentación saludable como prioridad, y sacar un ratito a la semana para organizar un menú sencillo. El fin de semana puede ser un buen momento para ello, y también para cocinar la base de los platos de toda la semana. Hay muchos ejemplos de lo que se conoce como batch cooking, y que no es otra cosa que cocinar en serie para no acabar pecando y tirando de ultraprocesados. Mónica Escudero, periodista freelance especializada en gastronomía, explicaba esta técnica en un artículo en El comidista. Interesante también este otro artículo de la nuticionista Raquel Bernárcer, autora del blog Alimentarte y del reciente libro Aprende a desayunar, sobre seguridad alimentaria para hacerlo de la manera adecuada.
Aprende a hacer la compra. La mejora de nuestra alimentación comienza en el carro de la compra. Optar principalmente por productos frescos, de temporada, y evitar los ultraprocesados es básico para llegar al lineal de cajas con un carro saludable. Volvemos al “no compres lo que no quieras comer”.
No a los ultraprocesados. La amplia disponibilidad de los productos ultraprocesados hace que sea muy difícil escapar de ellos. También su normalización, tarea que ha hecho muy bien la industria alimentaria. Algunos ejemplos de ultraprocesados serían las bebidas azucaradas, la bollería, las galletas, las carnes procesadas, los precocinados, los cereales y las salsas. ¿Cuántos de estos productos tienes en casa?
No ofrecer, no prohibir. No se trata de prohibir el consumo de determinados alimentos, aunque sepamos que son insanos, sino de que esos alimentos no estén disponibles en el hogar. Si llenamos nuestras neveras y nuestras despensas con buenos procesados (aceite de oliva virgen, pan integral, leche de vaca) y con alimentos frescos, o mínimamente procesados, (verduras, frutas, legumbres, huevos, arroz y pasta integral), estaremos optando por “comida real”. Interesante seguir a Carlos Ríos, nutricionista y fundador del movimiento Real fooding, para inspirarnos y aprender a comer mejor.
Comer saludable también fuera de casa. Por último, y no menos importante, hay que hacer una mención especial al ocio: se puede comer más saludable sin renunciar al placer de la comida. A veces basta con anticiparnos buscando un local que ofrezca comida de calidad u optar por platos más saludables si no conocemos el lugar, para comer mejor también fuera de casa. Y, por supuesto, huir de los menús infantiles y optar por platos a compartir para evitar los clásicos menús basados en croquetas, pollo empanado y pasta con tomate. Hay vida más allá del menú infantil.
Un álbum ilustrado ideal: El burrito verde
El ejemplo de los padres y la disponibilidad de alimentos saludables en el hogar son grandes herramientas a la hora de practicar una alimentación saludable desde la infancia. Pero podemos buscar un tercer aliado: los álbumes ilustrados, un recurso del que podemos aprovechar todo su potencial para trasladar un tema tan trascendental como la alimentación.
Sobre la importancia de una dieta variada y saludable nos habla El burrito verde, un precioso álbum ilustrado creado por Anuska Allepuz. La historia, divertida y con colores atractivos para los primeros lectores, gira en torno a un burrito al que le encanta comer hierba. Aunque solo come hierba. Nada más. Hierba para desayunar, comer y cenar… ¿Podrá su mamá convencerle para que pruebe algo nuevo?